alhama de almería
Centenares de vecinos y familiares rindieron
tributo ayer a Manuel Amate Rodríguez, el hombre que eliminó el
apellido de 'Seca' a la localidad Una calle ya le honra
Norberto López / Alhama | Actualizado 18.05.2014 - 10:38
La antigua carretera del Molino, la que transitaban multitud de agricultores en las décadas de los sesenta, setenta y ochenta camino de sus tierras, para mimar ese bosque de parrales que, con el paso del tiempo, ya son historia. Exactamente esa vía lleva desde ayer el nombre de Manuel Amate Rodríguez. El hombre que con su incansable trabajo al frente de la sociedad civil Los Decididos consiguió el agua que tanto anhelaban y necesitaban sus paisanos para regar sus secas tierras. Ayer, con noventa años recién cumplidos y lágrimas en los ojos, daba las gracias a sus paisanos por este homenaje. Y no estuvo solo. Centenares de alhameños le arroparon en un día tan importante y relevante para él. A partir de hoy todos los niños que cursan estudios en el colegio de Alhama sabrán quién es Manolo Amate. Su calle une esta instalación educativa con Los Caños, junto al Balneario de aguas termales, uno de los símbolos del idilio eterno que ha mantenido esta localidad de la comarca del Medio Andarax con el apreciado líquido a lo largo de su dilatada historia.
A las 12:30 horas las inmediaciones del Salón Social de la localidad eran un hervidero de gente. Todos esperaban a Manolo y a su mujer, María. Cuando el homenajeado se bajaba del coche aferrado a su muleta, la cara de emoción era patente. Nunca imaginó que Alhama entera le arroparía de esta forma. Allí le esperaba su buen amigo el empresario José Antonio Picón, uno de los responsables de la organización de este homenaje. "Te mereces esto y más", le decía mientras se fundía con él en un fuerte y emotivo abrazo.
Minutos después, tras los aplausos iniciales y las muestras de cariño con sus familiares y amigos, comenzaba el recorrido hasta su calle. La Agrupación Musical San Nicolás de Bari ponía la nota musical durante el pasacalles. Pasodobles españoles para encumbrar un momento histórico para un pueblo que nunca olvida a aquellos que han trabajado de forma incansable para mejorar su prosperidad económica, social y cultural. Que se lo digan a Nicolás Salmerón.
La impronta de Manuel Amate es reseñable. Fue un visionario. Tuvo alma de líder. Junto a Manuel López Pelayo y Juan Orta Martínez (ambos ya fallecidos), creó la Sociedad Civil Los Decididos en el año 1961 (institución que presidió hasta mediados de este mayo) en la que unió a todos los alhameños con un único objetivo: acabar con la sequía que asolaba al municipio y que le impedía prosperar económicamente. Y lo consiguió, no sin sufrimientos, pleitos y muchos problemas.
Bajo su presidencia, Los Decididos trabajó en la búsqueda infatigable del preciado elemento impulsando sondeos y en el año 1969 finalmente se consiguió. La sonda La Deseada (no podía tener otro nombre) arrojaba 50 litros de agua por segundo. Un chorro que acababa de un plumazo con el calificativo de Alhama la Seca. Ya nunca más lo fue.
Una razón de peso para ensalzar la figura de un alhameño que a sus noventa años dignifica a una generación de agricultores que bregó contra vientos y tempestades por cultivar los sempiternos parrales que encumbraron a Alhama y a su uva durante dos siglos y que en el día de ayer le rindieron tributo también desde el cielo, que estuvo encapotado durante buena parte de la mañana.
Tras inaugurar la calle y fotografiarse con todos sus familiares y amigos, la comitiva emprendió el camino de vuelta hasta el Salón Social donde más de un centenar de personas finalizaron el homenaje con un almuerzo. Allí prosiguieron los halagos y las frases de cariño y de estima hacia el verdadero zahorí de Alhama de Almería.
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