Si bien por su escaso diámetro troncal la madera del avellano no ha sido apreciada como leña tradicionalmente pero su madera, flexible y resistente ha sido utilizada en cestería y marquetería, construcción de muebles e instrumentos musicales.
Sus hojas poseen propiedades antiinflamatorias y antihemorrágicas y la cáscara de la avellana se utiliza como diurético aunque paradójicamente la avellana también se utilizado como remedio popular cuando un niño mojaba la cama.
Para los celtas el avellano simbolizaba la sabiduría y era utilizado también para atraer la prosperidad y la fertilidad a las tierras y a la tribu. Era un árbol sagrado y cortar uno de ellos llegó a estar castigado con la muerte, de hecho se cree que los druídas utilizaban varas de avellano tanto para labores adivinatorias como para (al igual que los zahoríes a lo largo de todo el mundo) encontrar agua, objetos perdidos y/o metales.La asociación de el avellano y sus frutos con la fertilidad la encontramos a en multitud de culturas a lo largo de toda la historia.
También encontramos en numerosas culturas y tradiciones antiguas una estrecha relación del avellano con el mundo de las hadas, como por ejemplo en la germánica. En uno de los más famosos cuentos tradicionales de los hermanos Grimm (célebres por recopilar en sus cuentos las leyendas y folklore alemanes) , la Cenicienta (la versión original y no la adaptación infantil que actualmente es más popular) no existe hada madrina alguna sino que la protagonista planta un brote (o una ramita) de avellano en la tumba de su madre, donde crecerá un hermoso árbol que la ayudará a cumplir sus deseos.
Se creía que comiendo el fruto del avellano este transmitía conocimientos, inspiración poética y habilidades mágicas, pues en ellos se concentraría toda la sabiduría del árbol. Las coronas de avellano y las ristras hechas de avellanas eran talismanes protectores, se creía que una buena cosecha de avellana significaba que ese año nacerían muchos niños y durante la noche de Samhain las jóvenes y los amantes quemaban estos frutos para que revelasen los nombres de los futuros esposos o su porvenir como pareja.
El avellano ha sido uno de los árboles más utilizados dentro de la botánica ocultista.
En la “Clavícula de Salomón”, un famoso grimorio medieval cuya autoría era atribuída al legendario rey de Israel, se dice que la varita mágica ideal debe estar hecha de avellano, cortada de un solo golpe en el dia de Mercurio (Miércoles), a la salida, del Sol. En otros tratados de magia se recomienda cortarla durante la Luna Llena.
El avellano, estuvo asociado fuertemente a la brujería y de hecho existe un arbusto (Hammelis Mollis) cuyo el nombre común es “Avellano Mágico” o “Avellano de las Brujas”, siendo una de las razones de su nombre vulgar que florece en pleno invierno y otra la semejanza de sus frutos con las avellanas.
Paradójicamente, a pesar de la asociación del avellano con las brujas, éste también se utilizó como protección contra las mismas, por ejemplo Thomas Pennant cuenta en su “Tour in Wales” (1778)
como en Merionethshide los cadáveres eran enterrados con ramas de avellano como protección contra el mal y la brujería.
Con respecto a sus aplicaciones en la radiestesia Athanasius Kircher (sigloXVII), jesuita físico y filósofo alemán, autor de numerosas obras científicas, dice: “Se coge un renuevo de avellano (no necesariamente silvestre), o bien derecho y con nudos, se corta en dos pedazos iguales, se agujerea el extremo de uno de ellos, formando un pequeño hueco, y se corta el extremo del otro en forma de punta, de modo que el extremo del uno penetre en el otro. Se lleva en esta posición hacia adelante, sosteniéndolo entre los dos índices. Cuando se pasa por encima de hilos de agua o de venas metálicas, la varita oscila marcadamente”
El avellano y sus frutos fueron utilizados también como talismanes en la sabiduría popular durante toda la Edad Media y la Edad Moderna.
En Inglaterra se utilizaba hasta el siglo XVII un palo de avellano bifurcado para descubrir, no solo los tesoros enterrados y las aguas ocultas, como ahora, sino también a las personas culpables en los casos de homicidio y robo. Y en el Book of St. Albans (edición de 1496) se da una receta para hacerse invisible si se ha comido receta de helecho con solo llevar una vara de avellano, de braza y media de longitud, con una ramita de avellano verde inserta en ella.
Varias leyendas nos muestran el reconocimiento que recibía por parte de los celtas y otras culturas de la antiguedad.