13 oct 2015

Mujeres zahorí

La última mujer zahorí


Corona, con un péndulo de bronce y unas varillas detecta corrientes de agua allá donde se encuentren

10.02.2015 | 12:05
Corona buscando agua con su péndulo.
Corona buscando agua con su péndulo.
El nacimiento de Corona en una familia salmantina en la que el cabeza de familia se dedicaba profesionalmente a encontrar corrientes de agua subterráneas condicionó su futuro y su modo de vida. Desde niña se empapó en una técnica que para muchos es un don, aprendió de su progenitor los secretos del péndulo y de las varillas hasta tal punto que hoy en día vive de ello. Conoce a pocos compañeros que se dediquen exclusivamente a buscar agua. A los que lo hacen, todos hombres, ya le pesan mucho las canas. "Es una pena, pero es una profesión en desuso. No es fácil acertar y si no lo haces, duras poco", explica la mujer.
Cree que prácticamente cualquier persona podría entrenarse desde pequeño. "De la tierra emerge una fuerza electromagnética que cuando choca con nuestro cuerpo produce una interferencia, un pequeño temblor que no notamos pero que el péndulo es capaz de ampliar. La fuerza cambia si estás sobre una corriente subterránea o si te encuentras encima de una cueva. Por eso con el péndulo se puede conocer la cantidad de agua que hay debajo de un terreno, la dirección y los metros a los que se sitúa", sostiene Corona.
La llaman agricultores, ganaderos, propietarios de chalés y hasta beneficiarios de herencias, dado que una parcela con agua puede triplicar su precio. Recuerda especialmente el caso de un hombre mayor al que sus familiares dejaron casi apartado en la herencia de unas tierras. "El acuífero se encontraba en su parcela y el resto de los familiares tuvo que pagar más por ella si querían tener agua. Pasó de tener una mala vejez a vivir como un reinón". Recuerda también con cierto pudor otra ocasión en la que la llamaron para localizar agua de noche en una finca que sus clientes pretendía comprar al día siguiente. Trabaja por toda España y nunca cobra si no encuentra agua, "aunque tenga que ir a Alicante". Ha hallado corrientes a 700 metros de profundidad. "En Salamanca la zona más fácil es La Armuña, casi en cualquier sitio que pinches sale agua".
También marca casas construidas sobre acuíferos y corrientes, ya que pueden producir cansancio, jaqueca e incluso fibromialgia. "En Torres Villarroel he localizado dos con este problema. No se puede estar mucho tiempo en la habitación ubicada sobre la vertical del acuífero, ni poner camas, sofás o despachos porque puede influir en el descanso", explica la zahorí.

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